La crisis de salud que se vive a nivel mundial y sobre todo en nuestro país por el coronavirus, ha puesto en evidencia no solo la precariedad del sistema salud, sino también, el centralismo gubernamental y la deficiente o nula comunicación que existe entre las instituciones públicas, el sector privado para con la población sobre todo en los sectores más olvidados y alejados del interior del país.

La pobreza, la falta de acceso a salud digna, la ausencia de medios de comunicación sumado a la necesidad por sobrevivir ante esta pandemia, ha hecho que muchas personas de diversas partes de la capital caminen kilómetros de kilómetros para retornar a su tierra y de esa manera conseguir un pan en su mesa. Estos peruanos no huyen del Covid -19, en realidad huyen del hambre.

Pero esto solo es una parte de la problemática que tenemos como país, por años se ha discutido del centralismo gubernamental y cómo todas las acciones se han focalizado en la capital, dejando a un grueso de la población que vive en la zona andina y amazónica más alejada, donde para llegar es necesario viajar días de días en bote por la cuestión dinero, y en el mejor de los casos viajar en avioneta si cuentas con 250 o 300 soles por tramo.

Esta justamente es la realidad de Atalaya provincia de Ucayali, una zona que cuenta con un poco más de 53 839 (según datos del INEI del 2 015) habitantes predominantemente indígena, ciudad que pese a su extensión territorial y gran riqueza forestal y biodiversidad, solo cuenta con un Banco de la Nación, que hoy por hoy no se da abastó para atender la demanda de los atalayinos, quienes ante la amenaza del Covid-19 y tomando en cuenta los dispuesto por el Estado mediante el Decreto de Urgencia Nº 044-2020-PCM, que declara el Estado de Emergencia Nacional debido al brote del COVID-19, los ciudadanos de esa zona se han puesto en cuarentena, parando toda actividad económica con el objetivo de prevalecer lo más valioso que tiene cada ser humano, la vida.

Hoy la vida de cientos o quizás miles de ciudadanos entre indígenas y mestizos de Atalaya se ven amenazados no solo por el coronavirus, sino por un enemigo mucho más peligroso y con el cual muchas poblaciones antes del COVID-19 han tenido que batallar, que es el hambre. Tal y como lo da a conocer la presidenta de la Organización de Mujeres Indígenas de la provincia de Atalaya - ORMIPA, Daysi Zapata Fasabi, quien denunció que antes que el coronavirus acabe con la población de Atalaya, lo hará el hambre que esta sufriendo cientos de familias, quienes a diario asisten al Banco de la Nación para retirar sus aportes a la AFP hasta por 2 000, pero que pese al haber hecho las gestiones para que en esta medida se considere además, de la banca privada también otras alternativas como es el banco del Estado, a las personas que se inscriben les sigue saliendo el cobro de sus dinero en bancos que no se encuentra en la mencionada provincia.

“Estoy muy mortificada, como madre, como mujer, como indígena del pueblo Yine, pues cientos de personas realizan largas colas en el banco y en la puerta de mi casa para apoyarlos en las coordinaciones con el Estado y la SBS, para que entiendan que Atalaya es una provincia de Ucayali, con difícil acceso y que solo cuenta con el Banco de la Nación y dos cajas, acá no hay BCP, Continental y mucho menos Scotiabank, cómo es posible que pese ha que se estableció que en las provincias que no cuenta con banca privada, podrán hacer el cobro mediante Banco de la Nación, no se este cumpliendo con esta medida”, afirmó Daysi Zapata.

Asimismo, dijo que todos los días recibe llamadas de las zonas de Sepahua, Purús que tienen el mismo problema, por lo que exhortó una vez más al presidente Martín Vizcarra, a la Viceministra Patricia Balbuena y a las AFP a tomar en cuenta que en el Perú hay zonas donde no llega la banca privada y la necesidad es muy grande, “la gran mayoría de los Atalayinos viven del día, con el trabajo de moto car y el comercio y con esta cuarenta que se esta acatando, el hambre apremia”, sentenció Zapata Fasabi.

“Es muy preocupante que hasta ahora el Estado no tome en cuenta en sus medidas a los pueblos indígenas, quienes desde nuestros territorios venimos enfrentando solos esta pandemia, es necesario que los planes y acciones que implemente el Estado contemple lo esencial que es poner en acción todo lo planteado en el papel, de lo contrario seguiremos en la misma mecedora en la que siempre han querido tenernos a los pueblos indígenas, nuestros hermanos Shipibos de Pucallpa, Matsés, Achuar, kichwas, Urarinas, Ticunas en Loreto, Yines en Madre de Dios están muriendo por la indiferencia del Estado y sus funcionarios, esto no puede continuar, nuestras organizaciones nacionales, regionales y federativas hemos presentado planes, propuestas y no son atendidas, que están esperando matarnos para que por fin puedan hacer y deshacer a sus anchas con los recursos de nuestros territorios?”, sentenció Zapata Fasabi.

Finalmente, los más de 380 pobladores indígenas de Atalaya (provincia donde más del 60% es indígena), solicita al Estado Peruano, implementar su centro de salud que hasta la actualidad es un “elefante blanco”, solicitan medicamentos pues cuentan con 8 infectados por covid-19, piden que las poblaciones indígenas de esa zona cuenten con un bono especial indígena dado que el bono rural no los ha considerado, y sobre todo que puedan retirar sus aportes de la AFP a través del banco de la nación.